el PUNTO DE INFLEXIÓN

La Unidad y la Globalización son una amenaza, pero solo para aquellos que creen en el viejo mundo.

Esperar el punto de inflexión quizá sea lo mismo que esperar al mesías. Si llega un mesías, es porque se ha alcanzado un punto en el que alguien ha alcanzado la consciencia de unidad y, con ello, se ha iluminado a sí mismo, a otros y a una parte del mundo. Aunque esto haya ocurrido en el pasado, ahora vivimos en una época diferente. Además, lo que ha de ser es lo mismo que en el pasado. El pasado se repite, porque las personas eligen ese camino y lo han elegido en el pasado hasta el día de hoy.
El mensaje del pasado no necesita repetición y sigue siendo el mismo que el
del pasado. Las lecciones siguen siendo las mismas para la humanidad y,
hasta que no se aprendan, no cambiará nada. La consciencia de unidad es una consciencia en la que ya se ha alcanzado y realizado el punto de inflexión.

Tras la transición energética todavía no hemos alcanzado ese punto. La
transición energética ayuda a las personas a llegar a la consciencia de unidad.
La resistencia contra la transición energética es lo mismo que la resistencia contra la unificación. La resistencia contra la unificación es el miedo a que las masas alcancen la consciencia en la que tendrá lugar el punto de inflexión. Un punto en la consciencia de la humanidad y en la realidad al que uno llega, o el Moméntum en el que todo cambia para toda la humanidad y el mundo. La consciencia que esto provoca, la consciencia que se adquiere entonces y que está destinada a ser, en todos esos siglos de historia en que la humanidad se ha preparado para entrar en esta era, es la consciencia de unidad. Y el punto en el que esto se alcanza ha llegado. El gran día en el que esto tiene lugar es el día celestial, que no dura un día en tiempo terrenal y que ya ha empezado.

Por eso está en manos de cada individuo que vive ahora en la Tierra optar por emprender el camino hacia sí mismo, para hacer realidad el "mesías" en sí mismo en lugar de esperar a lo que pueda llegar. Nada va a llegar si las masas no se deciden a sostener, ampliar más aún el movimiento que ya se ha iniciado y hacer oír un mismo mensaje.

El punto de inflexión no va a llegar mientras la gente lo siga esperando. ¡El punto de inflexión es el punto en el que una persona y toda la humanidad hayan alcanzado la consciencia de unidad y, con ello, se hayan transformado a sí mismas y a la Tierra!

Una sola Tierra, una sola humanidad, un solo mensaje, una sola religión, una sola misión, un solo camino, una sola consciencia, una sola opción; y la opción es la propia realización de la consciencia que corresponde a ello, es decir, la consciencia de unidad.

No es simplemente una palabra sin significado. Es una consciencia de nuestro propio origen, y está en manos de cada uno de nosotros querer volver a ello. Querer ir, de hecho. La voluntad adecuada es lo único que importa. No va a llegar ningún punto de inflexión si se tiene miedo de lo que esto vaya a traer. Hace falta valor.

La unificación económica es una parte de la unificación y del camino hacia la unidad. Al igual que la unificación de culturas, la integración y la inclusión financiera. La unificación no es el malentendido. La unificación y la globalización son parte de la solución. Una parte del problema es que las personas esperan que otros solucionen su problema y que ellas no tengan que hacer nada por sí mismas para crear siquiera un poco de cambio en sus vidas. Una parte del problema es que las personas están en contra de la globalización y la unificación y, al mismo tiempo, apoyan y fomentan aquello que intenta arrebatar el poder, el movimiento hacia la unificación y la propia unificación con todo lo que hacen y todo lo que son. Con las elecciones que realizan, los artículos que compran y las palabras que proclaman.

El camino hacia la unidad ya se inició mucho tiempo antes del día de hoy. La ruta que se ha seguido es, al parecer, la que debía ser. En cada época ha habido personas que han tomado decisiones para desviarse del camino hacia la unidad, pero el movimiento hacia ella no se detiene. Está destinado a ello. Es el nuevo mundo que se manifiesta.

Y cada uno es una parte de la solución si entra en unidad consigo mismo y, por tanto, con todo el mundo.